sábado, 12 de marzo de 2011

ELABORACIÓN DEL PICÓN

Este espacio quiero que sea para recordar nuestras costumbres, nuestra cultura, nuestra tierra extremeña, nuestros antepasados, que tan bién supieron, con pocos recursos, vivir o sobrevivir, según miremos.
Lo que sí es cierto es que sabían usar los medios que estaban a su alcance para, sin lujos, subsistir.

¡Calefacción!

Este enorme fuego es una piconera. No hemos de confundir este término con el de carbonera, que ya explicaremos qué es.
Veamos cómo se aprovecha el recurso de la leña de las encinas:
En diciembre se podan las encinas, unas cuantas (6 ó 7), las ramas se dejan extendidas bajo la encina para que el ganado (ovejas, cabras, vacas, cerdos) coma las hojas, después las ramas se irán haciendo gabillas, que es una forma de colocarlas.
Llegado abril, que las ramas ya estarán secas pero no podridas, un día sin viento, se hace un fuego y se van echando las gabillas encima para que se quemen. Una vez que han ardido se apagan las brasas con poca agua, ayudándose de un legón, pala, etc. y este es el producto, el picón.
Cuando nos aseguramos que está totalmente apagado lo envasaremos en sacos y lo guardaremos en un lugar seco para el siguiente invierno.
El picón se usa en el brasero, y como desprende monóxido de carbono tendremos mucho cuidado que el lugar donde se encuentra el brasero esté bien ventilado porque si no hay mucho riesgo de morir de asfixia.
El brasero, al estar todo el día encendido bajo la mesa caldea bastante la habitación en cuestión y da un enorme placer amodorrarse en la mesa al calorcillo del mismo.
Para mover las brasas se usa la badila, que es una herramienta de hierro con mango y como una paleta en la punta.
Aquí he descrito la calefacción para el invierno de una casa con un bajo coste, asequible para todos los bolsillos.
El picón también se puede hacer con otra leña, como retama por ejemplo. Pero sin duda que el mejor es el de encina.
Pedro Ignacio Gómez Montero